28 diciembre 2009

Chicles

Una tarde cualquiera, del día que más os guste, fui al cine con una amiga. Vimos una peli rosa, empalagosas hasta la saciedad, de esas que vas a ver cuando simplemente quieres divertirte y pasar el rato sin necesidad de ver un drama o tema que te haga comerte la cabeza.
El caso es que la peli trataba de varias historias que luego se entrelazaban y, en una de esas historias, resulta que un chico entra al supermercado a comprar unos chicles, justo ahí, cuando está haciendo cola para pagar, encuentra al amor de su vida que, casualmente, también esta esperando para pagar un paquete de chicles…
Vivieron una bonita, romántica y pasional historia, que al final terminó fatal, pero bueno, la idea es esa.
El caso es que salí súper contenta cuando termino la peli, soy romántica y tontorrona por naturaleza y, el pensar que podría encontrar al amor de mi vida haciendo cola para pagar unos chicles, me llevo a ir al súper todos los días a comprar chicles y estar atenta por si encontraba en la cola al amor de mi vida…
Han pasado días, semanas, e incluso quizás algún mes, sigo sin encontrar al amor de mi vida y, en los cajones de mi casa, ¡en breve ya no quedara espacio para mas chicles!
Tendré que cambiar de táctica, o de peli…
Y, si antes fueron chicles, ahora son mecheros…
Era viernes por la noche, salía con una amiga de un bar. Ibamos caminando y, al dar la vuelta a la esquina, nos encontramos con otro antro que a esas horas, y en esa zona, aún estaba abierto (cosa rara encontrar bares abiertos en Madrid a las tres de la mañana por ahí). Justo en la puerta alguien pidió  un
mechero (encendedor para mis paisanos) a mi amiga para encender un cigarro, yo seguí de largo y entré en el bar mientras ella daba fuego a esa persona y comentaban no sé qué cosas…
Al cabo de unos minutos, entro mi amiga acompañada de quien le pidió fuego ¡madre mía! ¿de dónde había sacado a esa "pieza"? casi negr@, 1,80 m., sonrisa y mirada de escándalo… vamos, un angelito negro caído del cielo, el sueño de muchas personas…
Conforme avanzaba la noche, se ponían cada vez más tontorron@s, risitas bobas, ojitos de borrego a medio morir, caricias tiernas, había ya tal empalago...que sentí que había llegado mi momento de partir. Me fui con una sonrisa en los labios...
Nuevamente haciéndose presente mi naturaleza romántica, me sentí muy optimista en cuestiones del amor, mi amiga, sin ni siquiera imaginárselo, había encontrado al amor de su vida ¡a la vuelta de la esquina y gracias a un mechero! Es verdad que luego me enteré que la cosa no funcionó, pero no importa ¿ya lo bailado quién se lo quita?
Entre los chicles y los mecheros, tengo mi casa que ya no cabe  nada mas, y el amor de mi vida aún no ha llegado…
MORALEJA: Deja de comprar chicles o mecheros, el amor no se puede forzar, sólo tienes que saber esperar, y ojo, mucho ojo, tampoco busques fuera de casa lo que quizás ya tengas dentro…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Esto es lo que opino yo...¿tú qué opinas? me gustaría saber lo que piensas...